Viajes

Comer en Punta del Este

Las olas y el viento, sucundum-sucundum
y el frío del mar, shalalala-lalalaaa…


Después de haber veraneado en ellas durante 21 años consecutivos, no me quedan dudas que las playas en las que se debe haber inspirado el “Nono” Pugliese cuando compuso Tiritando eran 100% las de la costa argentina. Ninguna de esas características aplican para La Mansa, la playa uruguaya que nos tocó conocer este año durante nuestras vacaciones de verano: ni olas, ni viento, ni mar frío que nos haga tiritar. Por el contrario, la temperatura del agua -si bien no era caribeña- fue perfecta para propiciar mi reencuentro con el mar después de más de 15 años de no sumergirme como es debido. Se imaginarán que para hijito fue todo un fiestón disponer de una pileta tamaño infinito donde mojar las patitas y cargar el baldecito quichicientas veces, en un constante ir y venir del agua a la sombrilla, donde su padre (ahora más arquitecto que nunca) armaba complejísimas estructuras de arena, un poco para divertimento del pequeño y otro poco para él.

Tanto nos hablaron de lo caro que estaba todo por allá, que nos fuimos cargados hasta la manija de insumos básicos que nos evitaran incurrir en gastos innecesarios, más aún cuando las góndolas de los supermercados hacían gala de infinidad de productos importados (esos que acá no se ven hace rato) en los que sí daban ganas de patinarse los morlacos tan preciados.

A la hora de comer afuera, primaron los antojos de media tarde (Churros Manolo, Medialunas Calentitas, King Sao, Gelatería Arlecchino) y los almuerzos de presupuesto moderado (Crêpas y Chivitería Marcos), que bien nos ayudaron a salir de la rutina de los fideos con salsa lista, el arroz con atún y choclo y los sanguchitos playeros de jamón y queso, algunos de los clásicos infaltables de toda vacación gasolera que se precie de tal.

Inauguramos entonces nuestro recorrido gastronómico por tierras esteñas, todavía sacando la arena que nos quedó metida en las zapatillas! (Hacía mucho que no hacíamos playa…)

De fondo

La voz profunda y melancólica de Páez Vilaró y su lectura de Oda al Sol en la terraza de esa bellísima “escultura habitable” que es Casapueblo, donde vivimos nuestra primera Ceremonia del Sol.

Medialunas Calentitas




Teníamos una sucursal justito enfrente del complejo Solanas donde paramos, a brevísimos metros de los dos supermercados que más frecuentamos durante nuestra semana de vacaciones. Fuimos una tarde de merienda post playa y nos llevamos puestas dos medialunas de manteca cada uno, que no llegaron ni a transitar la distancia entre el interior del local y el auto estacionado en la puerta. De hecho, no sé como conseguimos sacarles una foto. Calentitas (jajaj si, estaban calentitas), blanquitas y embadurnadísimas de un almíbar brillante y dulzón, estas famosas medialunas sí que estuvieron a la altura de su reputación. ¿El precio? 25 UYU cada una, y 280 UYU la docena. No aceptan tarjetas de crédito ni débito, así que hagan la tarea y lleven efectivo. Tienen también medialunas rellenas de dulce de leche, crema pastelera y jamón y queso (55 UYU cada una), pero esta vuelta sólo probamos las tradicionales. Si alguno se anima con otra variante y quiere compartir la experiencia, bienvenido sea!

Ruta Interbalnearia – Km. 118.500 (Solanas)
Medialunas Calentitas en TripAdvisor

Churros Manolo




Frases como “parada obligada” o “si no probas estos churros, no conoces Punta del Este” fueron nuestro principal incentivo a la hora de invertir una tarde nublada de miércoles en recorrer el camino que nos separaba de la Calle 29 (Las Gaviotas y Gorlero) para conocer esta churrería, ícono de Punta del Este. La propuesta es bien concreta: CHURROS. Los hay simples (muchos puristas del churro afirman que esta variedad es la posta si lo que se quiere es disfrutar de la masa esponjosa sin tanta alaraca) y con distintos rellenos: dulce de leche, crema pastelera y chocolate. Compramos media docena surtida y probamos todos, como corresponde. Uno tras otro, disfrutamos sin pausa de esa masa frita -doradita y bien crocante- que dejaba tras de sí los dedos cubiertos de grasa y azúcar, orgulloso recordatorio de la hazaña vivida. Los de dulce de leche estaban buenísimos, sí, y se chorreaban por todos lados, como debe ser, pero los que venían rellenitos de chocolate (en mi caso) y los de pastelera (en el caso de Ale) eran un quilombo de ricos. Cuestan 40 UYU por unidad los rellenos (y bien que lo valen!) y 15 UYU los simples. Tengan en cuenta que Manolo no abre sus puertas hasta después de las 16 hs., no sea cuestión que se claven una mañana para llevarse unos cuantos a la playa y terminen puteando bajito porque estaba cerrado.

Calle 29 e/ Gorlero y El Remanso (Punta del Este)
Churros Manolo en TripAdvisor

King Sao




Volvíamos caminando por la Calle 23 en busca del auto para dar por concluido nuestro paseo por la Gorlero, cuando la vidriera de King Sao y sus aires de pâtisserie francesa llamó nuestra atención. Como no pudimos evitar que nuestro costado más goloso se tentara jodido con tanta cosa linda ahi expuesta tan nonchalant, terminamos postergando por un rato nuestro regreso y entramos a conocer. Y suerte que seguimos nuestro instinto, porque fue allí donde vivimos un romance fugaz pero intenso con una tarteleta de moras y crema pastelera que MAMITA. Fresquísima, dulce y ácida, este pedacito de cielo sí que supo hacernos la tarde. La próxima vez que pasemos por Punta del Este, segurísimo volvemos! Nos quedó pendiente sentarnos a tomar el té en el deck con vista al mar.

Calle 23 y Gorlero (Punta del Este)
(+598) 4244 0360
Abierto de Lunes a Sábado, de 11 a 14 y de 19 a 2hs.
Domingos de 11 a 14 y de 19 a 24hs.
King Sao en TripAdvisor

Gelateria Arlecchino




Siempre antes de conocer una ciudad, nos gusta pispear los mejores lugares para comer acorde a la sugerencia de TripAdvisor, como para ver si nos da el cuero para conocer alguno. Imaginen nuestra sorpresa cuando encontramos a Gelateria Arlecchino en el segundo puesto del ranking, justo abajo de La Bourgogne.
No nos van a decir que no sintieron un poquito de curiosidad como nos pasó a nosotros, que ahí mismo decidimos incluirlo en nuestro mapita (un puntito al final de la Gorlero), para ver qué onda este helado del que tanto (y tan bien) se habla en la web.
Nos pedimos uno per cápita, combinando gustos varios en vasito o cucurucho. Probamos frutas, cremas y chocolates, y todos nos resultaron moderadamente ricos, muy suaves y cremosos. ¿Será que tenemos el paladar muy acostumbrado a helados porteños con más “personalidad” que estos no nos parecieron tan WOW como afirmaban los muchos comentarios de fanáticos que leímos en internet? Tal vez. Pero nos bancamos nuestra opinión aunque -en casos como estos- nos sintamos un poco como el salmón.
A pesar de que había mucha gente nos atendieron rápido y muy bien, y el precio (75 UYU tanto los vasitos de 2 gustos con barquillo como los cucuruchos) fue más que razonable.

Gorlero entre 19 y 21 (Punta del Este)
(+598) 4244 1987
Gelateria Arlecchino en TripAdvisor

Crêpas







El reloj daba las 12 del mediodía y el sol no paraba de partirnos la cabeza al medio. Decidimos (un poco obligados) que era hora de buscar resguardo y un lugar donde almorzar. No sabíamos ni qué ni dónde, pero caminábamos guiados por nuestras ganas de encontrar una buena chivitería donde probar este plato típico uruguayo. Nadie contaba con que una pizarra cubierta de opciones de crêpes salados y dulces se robara toda nuestra atención (y nuestro apetito), dando por finalizada la búsqueda. El chivito (bien, gracias) debió quedó postergado para otro día.
Nos sentamos afuera, en una mesa con una sombrita divina, nos pedimos unos super juguitos (uno de naranja y zanahoria y una limonada con pepino y menta, ambos muy refrescantes, ideales para el calorete costeño) y nos dispusimos a esperar con paciencia nuestro pedido: un crêpe de Carne al Malbec, otro de Salmón, Rúcula y Mango, y un tercero de Langostinos, Mayonesa Japonesa y Palta. ¡Espectaculares todos!
De postre, compartimos un crêpe dulce con Nutella, Frutillas, Banana y Coco. Tranqui, 120.
Como el lugar se fue llenando progresivamente de gente, tuvimos que esperar bastante por la primera tanda que pedimos ni bien llegamos, y más aún por el crêpe dulce que se nos ocurrió agregar de postre, una vez terminado el almuerzo. Leímos por ahí que la preparación de cada uno puede llevar hasta 5 minutos y por eso se generan sendos embotellamientos durante la hora pico, que va de 13 a 15 hs. aproximadamente. Una actividad muy recomendable para matar el tiempo es apostarse en el mostrador y mirar el making of de cada crêpe, que resulta un show en sí mismo.
El precio: ya sea dulce o salado, cada crêpe cuesta 220 UYU. MUY recomendado.

Calle 27 y Gorlero (Punta del Este)
(+598) 4244 9164
Crêpas en TripAdvisor

Chivitería Marcos




Lo prometido es deuda: no podíamos dejar Punta del Este sin haber probado el famosísimo chivito uruguayo.
Contrariamente a lo que se podría pensar, el chivito uruguayo no es un chivito/chiva/cabra/mamífero-artiodáctilo-de-la-subfamilia-Caprinae per se, si no que es un sandwich de carne (lomo) de ternera bien jugoso, acompañado por un gran elenco de ingredientes, según la variante que se pida. Ahora bien, ¿cómo se llegó de una cabra a esto? Cuenta la leyenda que, hace muuuchos años, una señora se sentó a comer en “El Mejillón”, bolichito comandado por Antonio Carbonaro (AKA el “inventor” del chivito uruguayo) y pidió, efectivamente, un plato con carne de chivito/chiva/cabra. Como no tenían (ni en ese momento, ni en general), Antonio -que no quería no servirle nada- decidió salir del paso y servirle un sandwich de pan tostado con manteca, jamón y un churrasquito a la plancha y HABEMUS CHIVITO. Si, gustó tanto que lo bautizó de esa forma, lo incluyó en su menú y lo vendió a roletes, hasta transformarlo en el emblema de la gastronomía uruguaya que es hoy día.
A nosotros nos habían recomendado probar el “Marcos” en la chivitería homónima, que resultó flor de sanguchón: carnita jugosa, lechuga, tomate, panceta, jamón, cebolla, pickles (de sabor bastante predominante), ají catalán, morrón, aceitunas, hongos, huevo frito, mozzarella y salsa. Costaba 335 UYU y bien podía compartirse. Para que se den una idea, con 2 de estos comimos 4 personas no para reventar, pero sí como para pedir algún postre después. Acompañamos con mar de fondo y un par de cervecitas bien heladas.

Rambla Puerto entre 14 y 12 (Punta del Este)
(+598) 4244 9932
Abierto todos los días de 11 a 4hs

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2 Comments

  • Reply
    Flor de geminiana
    19 marzo, 2015 at 22:12

    Lo mejor de Uruguay (además de sus playas perfectas por la combinación clima/ temperatura del mar/ distancia desde argentina) es la comida. Frutas y verduras con "sabor original" (esas zanahorias, por favorrrrr!!!) y los pescados. Es un placer ir al puerto a comprar pesca del día.
    Y si volvés por la zona de Solanas te recomiendo mucho una fábrica de quesos cuyo nombre no recuerdo (está sobre el camino Lusich) el restaurante enfrente del camping por el mismo camino (la memoria te la debo) y cualquier plato en Medio y Medio.
    Igual. insisto, con lo rico de sus frutas y verduras lo mejor de todo es comprar y cocinar!!

    • Reply
      salty lips
      22 marzo, 2015 at 02:33

      Lo de las frutas y verduras fue tal cual. Ya el primer día hicimos flor de olla de cous cous con tomates y pepino que estaban buenísimos. También aprovechamos unos mangos que estaban en el punto justo y para el segundo día nos hicimos una ensalada de tomate y mango con la que acompañamos la carnita del asado que hicimos en la parrilla de la cabaña.
      En cuanto a tus recomendaciones: Medio y Medio lo teníamos en la lista pero no llegamos con los días, así que lo dejamos pendiente para la próxima visita, igual que el lugar de quesos y el restó frente al camping que nos contas. Gracias por tu aporte!!!

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