Recuerdo que, cuando era pequeña, hablar de huevos revueltos para el desayuno era algo propio de las películas yankees o de los desayunos americanos que se ofrecían en los hoteles de categoría durante las vacaciones.

Hoy en día, los huevos revueltos se constituyen un clásico infaltable en todo brunch que se precie de tal, así como un almuerzo sencillo y rápido de preparar cuando no contamos con muchas cosas en la alacena de casa con las que improvisar algo.

Si bien con tan solo 3 huevos, un poco de manteca y algunas rodajas de pan estamos más que en condiciones de salir del paso, también podemos hacerlo más interesante si agregamos a la ecuación un poco de salmón ahumado como nos sugiere Jamie en la versión que hoy preparamos para ustedes.

Otra variante

El salmón ahumado puede reemplazarse perfectamente por jamón crudo.

Huevos revueltos con Salmón ahumado

Smoked Salmon & Scrambled Eggs: a Breakfast classic on toast

Ingredientes

(para 2 personas)

• 6 huevos
• Manteca
• Sal y pimienta a gusto
• 2 rebanadas de pan tostado
• 4 rodajas de salmón ahumado
• Ciboulette

Preparación

Derretimos la manteca en una sartén pequeña a fuego medio hasta que se forme espuma.
Batimos los huevos en un bowl con una pizca de sal y los añadimos a la sartén mientras revolvemos de forma continua con una espátula flexible que nos permita alcanzar incluso los bordes de la sartén.

Cocinamos hasta que parte de nuestra mezcla está cocida pero aún rodeada por un poco de huevo más “líquido” (no crudo), que se va a terminar de cocinar con el calor remanente en la sartén incluso luego de apagar el fuego. Mientras dejamos el huevo en la sartén para que termine de cocinarse, colocamos un poco de manteca sobre nuestro pan previamente tostado.

Salpimentamos los huevos al gusto y los vertimos sobre el pan.
Colocamos el salmón sobre los huevos y servimos con las rodajas de limón.

Para terminar, añadimos un poco de pimienta por encima y el ciboulette picado finito.

Fuente

Una sencilla receta de que, como siempre, tomamos prestada de Jamie Oliver.

De fondo

The Back Room, de Editors